BARRA SUPERIOR PESTAÑAS DESPLEGABLES

lunes, 27 de noviembre de 2017

EL MEDIO INTERNO y HOMEOSTASIS

REGULACIÓN DEL MEDIO INTERNO - HOMEOSTASIS

Los seres unicelulares dependen por completo del medio ambiente, de modo que, si las condiciones ambientales se hacen desfavorables, el organismo muere o pasa a un estado de vida latente.

A diferencia de esto, los animales pluricelulares son capaces de mantener constantes las caracterís-ticas físicas y la composición química del medio interno, de manera que sus células se encuentran siempre en condiciones ambientales favorables para la vida

Esta capacidad de regulación del medio interno recibe el nombre de homeostasis y permite que el individuo se independice del medio ambiente.


Sin embargo, las variaciones que tienen lugar en el medio ambiente influyen en el medio interno, pero el organismo posee mecanismos reguladores que inmediatamente compensan dichos cambios y restauran la condición de equilibrio.

Prácticamente todos los órganos y tejidos del cuerpo contribuyen a la homeostasis.

Sin embargo, casi todos los sistemas reguladores tienen en común la característica de actuar por un proceso de retroalimentación negativa o «feed­back»: si algún factor alcanza valores demasiado altos o bajos, un sistema de control desencadena una serie de cambios que restituyen el valor normal. 
Por ejemplo, cuando la temperatura externa disminuye, se desencadena un conjunto de procesos que tienden a producir más calor y a evitar su pérdida: elevación de la actividad muscular mediante contracciones musculares involuntarias (tiritona) y voluntarias, vasoconstricción o disminución de diámetro de las arteriolas para disminuir la cantidad de sangre que circula por la piel y así reducir la pérdida de calor hacia el exterior, aumento del apetito para que aumente la cantidad de sustancias metabolizadas y se produzca más calor, etc.
Cuando la temperatura externa es elevada, las respuestas del organismo son contrarias a las anteriores: vasodilatación, disminución del apetito, sudoración, etc.
De esta manera la temperatura corporal permanece prácticamente constante, a pesar de los cambios externos.